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La conexión que Travis Scott mantiene con el clan Kardashian-Jenner a través de su fallida relación sentimental con Kylie Jenner, madre de su única hija, y su amistad de sobra documentada con Kanye West -marido de Kim, una de las hermanas mayores de su ex- le han colocado en la incómoda posición de aclarar qué opina de los planes de este último para instalarse eventualmente en la Casa Blanca.

En vista de que la última entrevista que ha concedido a la revista GQ se enmarca en un número que lleva por título ‘El cambio es bueno’ y está dedicado a analizar la evolución de conceptos como la masculinidad, la diversidad, la igualdad de género y la salud mental, resultaba casi imposible que el músico no se enfrentara a alguna que otra pregunta acerca de la candidatura de su antiguo cuñado a las elecciones presidenciales estadounidenses.

Fiel a su discreción habitual, Travis ha respondido a esas cuestiones de forma escueta y con evasivas, aunque sí que ha dado a entender que es consciente de la polémica que suscitan algunos de los puntos del programa electoral de Kanye, como sus planes para prohibir el aborto o instaurar los rezos obligatorios en las aulas.

"Todo el mundo tiene derecho a contar con su propia opinión", ha afirmado. "Yo solo le digo cómo me siento al respecto, y lo que la gente opina sobre todo esto".

Por otra parte, también ha querido dejar claro que no piensa sumarse a las críticas o a los ataques que ha venido recibiendo su excolaborador: "Es como mi hermano mayor", ha añadido para zanjar el tema.

De lo que sí está dispuesto a hablar largo y tendido es de su propio activismo para luchar contra la discriminación racial o la violencia policial contra la comunidad negra.

"Ver todo lo que está sucediendo en el mundo me mantiene motivado. O estudiar nuevas maneras de mejorarlo, eso también me ayuda. Da igual que sea con mi música o con mi trabajo tratando de cambiar ciertas cosas en el barrio, mi objetivo es seguir esforzándome al máximo", ha prometido.