Tracee Ellis Ross se niega a realizar tareas domésticas frente a las cámaras
Cada actor cuenta con una serie de límites que no está dispuesto a cruzar por muy interesante que resulte un proyecto y que pueden hacer alusión a escenas de sexo, desnudos o secuencias de acción.
En el caso de Tracee Ellis Ross, ella quiso dejarle claro desde un principio a los productores de la serie ‘Black-ish’ que bajo ningún concepto realizaría ‘tareas del hogar’ frente a las cámaras. Ese veto no debe entenderse como una consecuencia de su infancia privilegiada como la hija de Diana Ross o una muestra de un supuesto carácter snob, sino como una declaración de intenciones feminista.
"Las cuestiones que planteé desde el principio fueron: ¿Por qué tengo que hacer la colada? ¿Por qué soy la única persona que está cocinando en esta secuencia cuando no tiene nada que ver con lo que está pasando? O incluso si estaba relacionado con la trama… ¿por qué era yo la que hacía el trabajo de ama de casa? Así lo llamó yo. ¿Por qué no puede ocuparse de eso Anthony [Anderson, su marido en la ficción]?", ha explicado en el podcast ‘Can’t Stop Watching’.
Para que quede claro, la intérprete de 47 años -que da vida a una anestesista casada y madre de cinco hijos en la ficción- no considera que existan responsabilidades domésticas de las que deberían ocuparse exclusivamente hombres o mujeres.
"Creo que en toda relación sentimental se produce una negociación entre ambas partes acerca de lo que cada una está dispuesta a hacer, y creo que cuanto más lo mostremos en televisión, más contribuiremos a normalizarlo en la sociedad", ha aclarado.