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A diferencia de otros profesionales como Sam Heughan (‘Outlander’) o Milly Alcock (‘La casa del dragón’), que han celebrado con entusiasmo la llegada a los rodajes de los llamados coordinadores de intimidad, profesionales encargados de supervisar las escenas de cama para asegurarse de que los actores se sienten cómodos en todo momento, la actriz Toni Collette ha dejado claro que a ella no le gusta nada la influencia que pueden llegar a ejercer estas figuras en los protocolos cinematográficos, al menos en lo que respecta a su trabajo.

En conversación con el diario The Times, la intérprete australiana ha revelado que acabó expulsando a estos coordinadores del set en las dos únicas películas en las que ha tenido que lidiar con ellos. Lejos de aportarle tranquilidad y seguridad, su mera presencia en medio de secuencias tan delicadas le provocaba un exceso de “tensión”, ya que se sentía demasiado analizada. En esos casos, la artista y sus compañeros de secuencia ya habían establecido una relación lo suficientemente sana y profesional como para requerir ayuda adicional.

“Creo que sólo me he encontrado un par de veces con ellos. Y yo ya me sentía muy bien con la gente del rodaje, en la que confiaba plenamente. Lo único que consiguieron es que, en lugar de sentirme más cómoda, me sintiera cada vez más tensa. No estaban ayudando demasiado, así que les pedí que se marcharan”, ha señalado en su entrevista. Collette ha admitido también, todo sea dicho, que ella ha sido “muy afortunada” de no haber tenido que trabajar con “demasiados imbéciles” a lo largo de su dilatada trayectoria.

Al ser preguntada directamente sobre la utilidad de estos observadores externos, la intérprete ha admitido que su trabajo puede resultar necesario en determinados ambientes. “Depende, la verdad es que cada trabajo es diferente. Cada grupo de gente nueva trae su propia energía: todos traemos también nuestra propia vida al rodaje y todo eso acaba removiéndose en el caldero. Nunca sabes lo que te vas a encontrar y a veces es un milagro que un proyecto salga adelante, y más difícil aún que prospere”, ha argumentado.

La protagonista de títulos de la talla de ‘Little Miss Sunshine’ o ‘Wanderlust’ también ha atacado con dureza a la cultura de la cancelación, de la que ha reconocido que desconocía su alcance y trasfondo moral hasta hace relativamente poco. En su opinión, ejecutar sus postulados de forma sistemática y estricta sólo consigue restringir libertades y “sofocar” la creatividad de la industria. “Hace tiempo, cuando me hablaron por primera vez de la cultura de la cancelación, de verdad que no entendía exactamente a qué se refería la gente. En plan… “No quiero que la gente que me resulta ofensiva pueda exhibir sus cosas libremente”. Pero claro, hay gente que es auténtica y de verdad tienen algo que compartir en la vida. ¿Qué hacemos, les sofocamos? No parece que sea lo correcto, ¿verdad?”, ha apuntado.