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Fiel a su carácter honesto y transparente, la actriz Tilda Swinton ha revelado en medio de un acto público que no tiene intención de seguir cumpliendo con las estrictas medidas de seguridad derivadas de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. Pasados ya tres años desde que se declarara oficialmente la pandemia, el panorama actual de contagios y muertes asociados a la enfermedad ha cambiado notablemente y, a juicio de la intérprete británica, ahora toca relajar e incluso derogar las normas.

La estrella de cine ha participado esta semana en el festival de cine y televisión SXSW, que se celebra en Austin, estado de Texas, y ha querido dejar constancia en su discurso de su actual postura sobre los riesgos que entraña el coronavirus. “Voy a rodar una película en Irlanda. Me han dicho que tengo que llevar mascarilla en todo momento, pero no voy a hacerlo. Estoy segura de que esto que estoy diciendo se está grabando. Ya he tenido Covid-19, en múltiples ocasiones, así que tengo muchos anticuerpos y me siento muy sana”, ha defendido ante la atenta mirada de todos los presentes.

Hace sólo unos meses, Tilda Swinton se acogía a un relato muy diferente al actual. Tras luchar en numerosas ocasiones contra la enfermedad, la artista todavía presentaba secuelas muy preocupantes, como confesó ella misma en una de sus últimas entrevistas. Aunque no llegó a padecer síntomas graves en el plano respiratorio, la oscarizada intérprete experimentó vértigos y problemas de memoria, hasta el punto de que le costaba estudiar los libretos de sus proyectos cinematográficos.

“La peor parte se la llevó mi cerebro. Hice dos películas para las que tenía que aprenderme mucho texto. Por lo general, soy bastante rápida en el estudio, retengo muy bien las cosas, pero en esta ocasión sentí que estaba mascando un chicle duro. No podía recordar mis líneas. Me he recuperado, más o menos, pero sigo olvidando cosas. Tengo que seguir trabajando en mi musculatura mental”, explicaba.