Thomas Markle exige conocer a su nieta Lilibeth Diana

El padre de la duquesa de Sussex, Thomas Markle, vuelve a la carga tras el nacimiento de su nieta Lilibeth Diana, poniéndose delante de una cámara para desvelar tantos datos como pueda sobre la tensa y conflictiva relación que mantiene con su afamada hija. Y es que el antiguo director de iluminación ha concedido una nueva entrevista al programa australiano ’60 Minutes’ para incidir una vez más en el vacío que le ha hecho Meghan desde que se diera a conocer públicamente como la flamante novia del príncipe Enrique de Inglaterra.

En el adelanto que ya se ha publicado de semejante conversación, que se emitirá en su totalidad este domingo, Thomas Markle critica la decisión de la pareja de no informarle personalmente del nacimiento de la niña, al tiempo que deja entrever alguna que otra amenaza, ligada a su tendencia a airear “trapos sucios”, como respuesta y siempre que no se cumpla una de sus principales peticiones: la de conocer personalmente a su nieta. El progenitor de la duquesa asegura estar “desesperado” ante la indiferencia y el menosprecio con el que, según él, le ha venido tratando su hija desde hace ya demasiados años, pero por otro lado también ha querido desear al matrimonio toda la felicidad del mundo tras el nacimiento de Lili.

“No, nadie me llamó. Me tuve que enterar por la radio”, ha explicado con decepción sobre la llegada al mundo de su nieta, la segunda que le ha dado la pareja real, padres también del pequeño Archie. “Si no me perdona, será la primera vez que saque a relucir todos los trapos sucios, aunque no sé si hay algo que pueda ya importunarla”, llega a afirmar en otro momento de la conversación, una frase incomprensible dado el problemático historial que acumula en este sentido desde hace ya casi un lustro.

Lo cierto es que las contradicciones son la nota dominante de la entrevista -o al menos de los fragmentos revelados- que Thomas ha concedido en Australia, ya que la frase reproducida anteriormente contrasta notablemente con su admisión de algunos errores cometidos, como el de ese montaje que urdió con los paparazzi -una especie de exclusiva pactada y muy bien remunerada- poco antes de la boda de los ahora duques de Sussex: “Fue un estúpido error”, ha reconocido poco después de presumir de lo mucho que quiere a Meghan.

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