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Parece que no hay vuelta atrás y que la dramática historia de amor de Tamara Falcó e Íñigo Onieva no tendrá una segunda parte. La marquesa de Griñón, quien no dudó en refugiarse en casa de su madre tras el escándalo de las infidelidades protagonizadas por su ya exprometido el pasado septiembre, ha puesto tierra de por medio y no planea regresar a ese piso que una vez fue el nidito de amor de la pareja.

Este jueves, las cámaras del programa de televisión ‘Y ahora Sonsoles’, de Antena 3, han captado a varios operarios sacando de la vivienda numerosas cajas con las pertenencias de la marquesa de Griñón. El inmueble se ha quedado, por tanto, totalmente desprovisto de efectos personales, ya que hace tres meses fue el empresario el que optó por marcharse una vez confirmada, tan solo unos días antes, su separación de Tamara y el fin de su compromiso matrimonial.

Curiosamente, la estrella televisiva y aspirante a chef profesional iniciará una nueva etapa, más pronto que tarde, en un lujoso ático ubicado en pleno centro de Madrid. El citado espacio televisivo asegura que la casa que está preparando Tamara se encuentra muy cerca del nuevo piso de su expareja en el distrito de Puerta de Hierro, muy moderno y espacioso a tenor de la imagen que él mismo publicó en Instagram. “Nuevos comienzos”, escribía.

Tan pronto como el ático de Tamara esté listo para entrar a vivir, la socialité volará una vez más del nido familiar de Isabel Preysler: su gran apoyo, sin olvidar el que también representa su hermana Ana Boyer, durante una de las etapas más duras que ha atravesado la celebridad a nivel anímico. Afortunadamente, Tamara solo mira al futuro y tratará de compensar tanta tristeza aprovechando al máximo la libertad que le brinda la soltería. “Ya ha pasado un tiempo… He estado con mi hermano Enrique en Doha y me lo he pasado pipa. También he estado en la boda de mi mejor amiga, no me iba a quedar sentada”, señalaba recientemente.