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“¡Creo que tengo un cuerpo muy sexy! Soy un body icon, y cada día lo abrazo más”, dijo Lizzo en una reciente entrevista con la revista People, sentada en el estudio de su casa bajo un disco de platino.

La ganadora del Grammy no tiene ningún problema en hablar de su cuerpo. Porque, como dice, ¿por qué debería hacerlo? “Puede que no sea el tipo de cuerpo ideal de una persona, al igual que, por ejemplo, Kim Kardashian podría no ser el ideal de alguien, pero ella también es un body icon y ha creado un estándar de belleza moderno. Y lo que estoy haciendo es dar un paso hacia mi confianza y mi poder para crear mi propio estándar de belleza. Y un día ese será el estándar”, reveló la cantante.

La intérprete vive en lo alto de una colina sobre Los Ángeles. Su casa se encuentra en uno de esos caminos engañosos y tortuosos, como, asegura, ha sido su paso hacia el éxito durante estos años: “Tuve que abrir un camino. No había ninguna Lizzo antes de Lizzo”.

Hace casi tres años, Lizzo se abrió camino hasta la primera línea de la cultura pop, cantando, bailando, rapeando y tocando la flauta con su primera canción de gran éxito, ‘Truth Hurts’, y rápidamente se hizo imparable.

“Me merezco los focos. Me merezco la atención. Tengo talento, soy joven, estoy buena. ¿Saben? Y he trabajado mucho”, añadió la intérprete a la revista.

Nacida como Melissa Viviane Jefferson, fue criada en Houston por su madre, Sharie, que tenía un pequeño negocio, y su padre, Michael, un empresario que murió de un derrame cerebral cuando ella tenía 20 años. Lizzo aprendió a tocar la flauta en quinto grado. En el instituto, formó parte de la banda de música y entrenó con la Orquesta del Ballet de Houston.

Desde ese momento, contó Lizzo, sabía dos cosas; la primera, lo que quería hacer y; las segunda, el tipo de mundo en el que estaba a punto de entrar. “Crecí en una familia que estaba muy orgullosa de nuestra negritud”, dice.

Sus padres le contaron la verdad sobre la experiencia de los negros en Estados Unidos. “No creo que mi padre quisiera hablarnos de los espantosos asesinatos que les ocurren a los negros todo el tiempo. Pero los padres negros tienen la responsabilidad de hacer saber a sus hijos lo que puede ocurrir. Me enseñaron a una edad muy temprana cómo trata Estados Unidos a los negros. Cómo trata a las mujeres negras. Y vi muy pronto cómo tratamos a los gordos”.

Lizzo admite que darse cuenta de todo esto la hizo ser “cínica” al principio, pero al encontrar el éxito, decidió darle la vuelta al guión. “Me dije: ‘Vale, ¿qué puedo hacer con esto? ¿Cómo puedo sacar lo mejor de esto? Se suponía que no iba a sobrevivir. No debía llegar tan lejos. No se suponía que fuera millonaria. No se suponía que fuera un símbolo sexual. No se suponía que iba a estar en la portada de People, pero lo estoy. Entonces, ¿cómo puedo hacer que esto valga la pena? ¿Cómo puedo hacer que esto no sea sólo un destello en la sartén? “.

En 2017 lanzó ‘Truth Hurts’. La canción tardó dos años en convertirse en un éxito, después de encontrar popularidad en TikTok y ser utilizada en la película de Netflix, ‘Someone Great’. La añadió a su tercer álbum, ‘Cuz I Love You (en el vídeo musical, se casa consigo misma), y la letra viral de la canción ‘100 percent that bitch’ se convirtió en parte del léxico cultural.

Cuando la música de Lizzo despegó -ha ganado tres Grammys, dos Soul Train Awards y millones de fans- su cuerpo se convirtió en un tema de conversación. “Vale, todos sabemos que estoy gorda. Yo sé que estoy gorda. No me molesta. Me gusta estar gorda, soy guapa y estoy sana. Así que, ¿podemos seguir adelante?”.

Lizzo enumera los estereotipos a los que se enfrentan las mujeres como ella: “La amiga graciosa y gorda. Yo interpreté ese giro en el instituto. O la amiga que te va a dar una paliza porque es grande. O la chica grande que es insegura porque es grande. No creo que yo sea el único tipo de chica gorda que hay. Quiero que nos liberen de esa caja en la que nos han metido”.