Simone Biles es más ‘valiente’ que nunca a la hora de aceptar el fracaso
La gimnasta Simone Biles, una de las atletas más laureadas de la historia, ha tenido un año francamente peculiar y, como ella misma ha admitido en su última entrevista, muy alejado de las expectativas tanto propias como ajenas.
Se suponía que los Juegos Olímpicos de Tokio, celebrados el pasado verano, supondrían su consagración total como estrella del deporte gracias a una nutrida cosecha de medallas. Sin embargo, la estadounidense tuvo que retirarse de su primera final debido a un problema que la impedía coordinar debidamente sus movimientos, y después evitó participar en varias de las competiciones posteriores.
Pese a esa decepción de corte deportivo, que sin embargo no le impidió llevarse una medalla de bronce en su última prueba, la final de barra fija, esta agria experiencia ayudó a Simone Biles a cambiar de actitud con respecto a su salud mental y a sus necesidades como “ser humano”. Desde entonces, la joven de 24 años ha dedicado más tiempo y recursos que nunca a prepararse psicológicamente para los retos futuros, y también para los de su día a día: un triunfo del que se siente muy orgullosa pese a que las circunstancias que lo han propiciado no sean ideales.
“Creo que esa fue una de las primeras veces en mi carrera en las que me he sentido valiente de verdad, que me he atrevido a hablar alto y claro sobre mí. Definitivamente, pude abandonar Tokio sintiéndome en paz conmigo misma, con el coraje de haber hecho todo lo que pude”, ha señalado Biles en conversación con la revista People. “Obviamente estoy triste porque las cosas no salieron como hubiera querido. Pero con las cartas que tenía, creo que fue mejor de lo esperado”, ha añadido con serenidad.
