Simon Cowell estuvo a punto de robarle ‘Baby One More Time’ a Britney Spears
Cuando el productor musical Max Martin compuso el tema ‘Baby One More Time’, tenía en mente al grupo femenino de R’n’B TLC, que la rechazó porque para cuando estuvo lista ya habían terminado su tercer disco de estudio. Por caprichos del destino, justo en aquel momento una jovencísima Britney Spears voló a Estocolmo, en Suecia, para trabajar con él, así que le ofreció quedarse con la canción y ella aceptó encantada porque estaba convencida de que sería todo un éxito.
Sin embargo, la historia podría haber sido muy distinta si Martin no hubiera sido un hombre de palabra. Tras llegar a un acuerdo con Britney, la canción llegó a manos del magnate musical Simon Cowell, que se obsesionó con ella y estaba dispuesto a cualquier cosa por conseguirla.
“Le dije: ‘Max. Por favor, por favor, dame esta canción'”, ha reconocido Cowell en una entrevista al podcast ‘Howie Mandel Does Stuff Podcast’. “Pero me dijo que se la había prometido a otra persona. Le respondí: ‘Te enviaré un Mercedes, literalmente un Mercedes 500 SL, si puedo hacerme con esta canción.’ Y él seguía insistiendo en que se la había prometido a otra persona”
Obviamente a Simon le entró curiosidad y quiso saber quién era el artista por el que Martin le estaba rechazando. Enterarse de que su competencia era en realidad una antigua estrella infantil Disney prácticamente desconocida. “Le dije: ‘Max, déjame darte un consejo. Nadie con un nombre como Britney Spears va a acabar triunfando'”.
Resulta divertido imaginar cómo habría sido la vida de Britney si nunca hubiera grabado esa famosa canción. Desde luego, no habría dejado atrás su etapa de estrella Disney con la misma rapidez que lo hizo en cuanto se estrenó el sencillo ni habría puesto de moda las camisas anudadas a la cintura para enseñar el ombligo.
Por otra parte, hay quien está convencido de que fue la fama y el dinero lo que acabó provocando indirectamente la crisis nerviosa que se utilizó como principal argumento para colocar a la cantante bajo una tutela legal de la que no se libró hasta el año pasado. En cualquier, ese himno marcó para siempre su carrera y la convirtió en la indiscutible princesa del pop.