La panelista y jueza televisiva Sharon Osbourne, esposa además del legendario roquero Ozzy Osbourne, ha decidido desprenderse de esos llamativos tintes que solían definir su estética hasta ahora para "abrazar" la naturalidad y, sobre todo, la sensación de "libertad" que le proporcionan sus canas.
A sus 67 años y, como ha expresado ella misma en una entrevista a People, sin nada que "demostrar" a la audiencia televisiva que la conoce desde hace más de tres décadas, la que fuera colaboradora del programa ‘The View’ está decidida a mostrarse más transparente que nunca ante el público y ofrecer, al mismo tiempo, la "mejor versión" de sí misma.
"Me encanta la libertad que me ha dado. No tengo nada que demostrar, no es que quiera parecer más joven. Simplemente quiero mostrar la mejor y más auténtica versión de mí misma", ha reivindicado tajante la también mánager de su incombustible marido.
De la misma forma, la carismática celebridad ha empezado a ahorrarse algunos de los problemas que se derivaban del uso del tinte, como el hecho de que la tonalidad escogida empezara a desvanecerse antes de lo esperado y, en consecuencia, acabara impregnando sus sábanas y almohadas de un extraño tono rojizo muy parecido al de la sangre.
"Era como si no parara de perder sangre. Manchaba mis collares, la ropa de cama, lo dejaba todo hecho un desastre. Y cuando me lavaba el pelo y lo secaba, se convertía en otra tonalidad que ya no me gustaba tanto. Me amargaba tener que estar encadenada a ese color de pelo", ha reconocido Sharon ante unos problemas que, afortunadamente, ya forman parte de su pasado.