
Se recrudece la guerra entre la viuda de Terry Jones y su primera esposa por la fortuna del humorista de los Monty Python
El legendario humorista británico Terry Jones falleció en enero de 2020 a causa de complicaciones derivadas del tipo de demencia contra el que llevaba luchando cinco años. Poco después de su funeral, celebrado en el mes de febrero, su viuda Anna Soderstrom se llevó una verdadera sorpresa al descubrir que la primera esposa del difunto, Alison Telfer, y sus dos hijos adultos habían iniciado los trámites para tratar de impugnar el testamento del componente de los Monty Python.
Su petición se basaba en las sospechas de que Terry no se encontraba en plena posesión de sus facultades cuando en 2015 reescribió cómo debía repartirse su fortuna personal tras su muerte para incluir a Anna como una de sus herederas. Ahora esta última, que conoció a la leyenda del mundo del humor cuando ella tenía 22 años y él 63, ha decidido romper su silencio para denunciar el trato que está recibiendo por parte de la familia de Terry.
Además, ha insistido en que él se había sometido a una serie de pruebas, que superó con éxito, para medir el deterioro de su capacidad mental antes de firmar los papeles que añadieron su nombre al título de propiedad de su mansión de Londres, en la que vivían con su única hija en común, Siri, de 12 años, que padece autismo y un trastorno por déficit de atención e hiperactividad
“Él se revolvería en su tumba al ver lo que nos están haciendo a mí y a su hija. Esto es lo último que Terry hubiera querido. Vivía para hacer feliz a la gente, no para destrozar vidas. Él habría detenido todo esto, no habría permitido que continuara. Pobre Terry, es muy triste ver la falta de respeto que se le está mostrando. Me han obligado a vender mi casa, he tenido que pedir dinero a unos amigos. No sé qué más quieren hacerme”, ha afirmado Anna en una entrevista al Mail On Sunday.
“Estaba con él cuando murió. Estaba solo al final y luego tuve que decirle a Siri que su papá se había ido. Eso ya fue bastante malo, pero no tenía ni idea de lo que iba a pasar con el testamento. Me gustaría más que nada que pudiéramos sentarnos juntos y hablar de ello, y mostrar algo de respeto por Terry”.
Según su versión de los hechos, Terry sabía perfectamente lo que estaba haciendo cuando modificó su testamento, que deja la empresa Fegg Features -que gestiona los derechos de autor de su trabajo- a Alison y a sus dos hijos mayores, reservando la casa de Londres para Anna y Siri. Su viuda afirma que en aquel momento todavía se encontraba lo suficientemente bien como para seguir trabajando en la dirección de una nueva película y de una obra de teatro.