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La tutela legal a la que Britney Spears había vivido sometido desde 2008 ha llegado a su fin. Este mismo viernes la jueza que había venido supervisando su caso ha dictaminado que esta medida ya no resulta necesaria y a partir de ahora será el actual tutor del patrimonio de la cantante, John Zabel, quien continuará al frente de sus asuntos financieros mientras resulte necesario.

Por el momento no se ha fijado ninguna fecha para que él deje este cargo, que le llevará a controlar una fortuna valorada en 60 millones de dólares, pero en cualquier caso esta decisión tomada por la corte superior de Los Ángeles supone la culminación de una larga lucha que alcanzó su punto álgido cuando la princesa del pop compartió su testimonio en los juzgados el pasado verano.

Entre las muchas revelaciones explosivas que realizó entonces y que causaron conmoción en el mundo del entretenimiento, Britney aseguró que se la obligaba a utilizar métodos anticonceptivos para evitar que pudiera quedarse embarazada y que ni siquiera tenía permitido viajar en el mismo coche que su novio, así que no resultaba demasiado sorprendente que tampoco pudiera casarse de nuevo, tal y como desea hacer, sin autorización.

El padre de la artista, Jamie Spears, había desempeñado el papel de su tutor legal de forma intermitente -renunció temporalmente debido a sus problemas de salud- durante más de una década, pero en agosto decidió decir adiós para siempre a ese rol. En un sorprendente giro de los acontecimientos, hace varias semanas aseguró que la tutela ya no resultaba necesaria apenas una semana después de que los abogados de su hija le solicitaran que presentara toda la documentación relacionada con los pagos y las comunicaciones que había mantenido durante trece años en representación de los intereses de Britney.

La propia artista pareció anticipar esta victoria ante la justicia cuando hace unas horas compartió una foto en Instagram posando con su prometido Sam Ashgari y luciendo unas camisetas del movimiento #FreeBritney.