Robbie Williams se gasta una pequeña fortuna para no quedarse calvo

En 2013, mientras aún vivía en Los Ángeles, Robbie Williams se dejó llevar por la vanidad y se puso unos injertos de pelo que en realidad no necesitaba, pero la situación comenzó a cambiar dramáticamente en 2020 cuando se dio cuenta de que su tupé ya no era tan frondoso como antes.

Hace poco el cantante británico se rapó la cabeza con ayuda de su esposa y ahora ha desvelado que lo hizo en gran parte porque la calvicie ha empezado a ganarle la batalla.

“Estoy perdiendo el pelo. Cada vez que me da la luz desde arriba, parece el culito de un bebé. Fui a hacerme un nuevo trasplante, pero me dijeron: ‘Malas noticias, tu cabello es tan fino que no podemos sacar los injertos de ahí. No serviría de nada'”, ha explicado en declaraciones al periódico The Sun.

En un primer momento, el antiguo componente de Take That se negó a tirar la toalla y desembolsó “una pequeña fortuna” por dos viales de inyecciones que en teoría iban a ayudarle a recuperar volumen y densidad capilar.

“Costaron lo mismo que la casa de mi abuela. Me pincharon unas ampollas y me dijeron que en cinco meses el pelo empezaría a crecerme mucho más espeso. No ha hecho efecto. Ya llevamos siete meses y no ha pasado nada. No se nota”, ha lamentado.

El artista de 47 años trata de sobrellevar la situación con dignidad, pero le resulta muy duro conseguirlo cuando su carrera musical le recuerda constantemente que se ha hecho mayor.

“Estoy en el escenario, con una pantalla de 12 metros a mis espaldas, dedicándome a lo mío, bailando y tratando de resultar sexy, y de pronto me giro y veo detrás de mí a un señor con papada y sin pelo”, ha lamentado.

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