
Richard Branson tiene varias ideas para mejorar la experiencia de sus viajes al espacio
Este domingo Richard Branson realizó el primero de tres vuelos de prueba que tendrán lugar antes de que Virgin Galactic ponga en marcha su programa turístico de viajes suborbitales. El empresario británico voló en una nave de su propia compañía, la Unity, hasta 85 kilómetros por encima de la superficie terrestre, donde pudo experimentar durante unos minutos la sensación de ingravidez flotando en el interior de la cabina.
En esta aventura le acompañaron dos miembros de la tripulación, Dave Mackay y Michael Masucci, y tres empleados suyos, Beth Moses, Colin Bennett y Sirisha Bandla, y todos ellos recibieron las “alas de astronauta” una vez llegaron a tierra sanos y salvos como reconocimiento a su hazaña.
“He soñado con este momento desde que era un niño, pero sinceramente nada puede prepararte para la vista de la Tierra desde el espacio. Todo fue mágico”, aseguró en una rueda de prensa organizada tras el aterrizaje exitoso en la base Spaceport de Nuevo México.
Por otra parte, ha anunciado que se realizarán ciertos cambios de poca importancia antes de que comiencen a llevar a los primeros turistas a la frontera del espacio a mediados del año que viene.
“La única manera de encontrar a veces estas pequeñas cosas es subirse a una nave espacial, ir al espacio y experimentarlo por uno mismo”, señaló.