Bang Showbizz

Hace quince años, cuando Kim Kardashian comenzó a grabar un reality acerca de su vida familiar, nadie apostaba porque aquella joven famosa por la filtración de un vídeo sexual acabaría convirtiéndose algún día en una empresaria mil millonaria que consigue convertir en oro todo lo que toca y que, de pronto, hasta las fajas sean unas prendas glamurosas.

Tampoco era fácil imaginarla estudiando pasados los 40, pero una vez más, ella volvió a sorprender a todo el mundo. La celebridad lleva formándose desde 2019 para seguir los pasos de su padre Robert Kardashian y convertirse algún día en abogada. En un principio explicó que lo hacía para comprender lo que sucedía a su alrededor en las reuniones a las que asiste en su faceta de activista en favor de una reforma penal en Estados Unidos, pero parece que podría acabar convirtiéndose en su principal carrera.

“Hay muchas cosas que salen en la tele, pero mis amigos saben que valoramos mucho nuestro tiempo en privado. Sería igual de feliz siendo abogada a tiempo completo. El viaje me ha abierto mucho los ojos. Es abrumador porque hay tanto por hacer… La semana pasada llevé a mi hermana Khloé por primera vez a una cárcel, y le abrió los ojos. Siempre bromeo con mi madre -que también es mi mánager- con que algún día Kim K. se jubilará y seré sólo abogada”, ha desvelado durante su intervención en la cumbre TIME100 este mismo martes.

Lo más probable es que a Kris Jenner, la mujer que inventó el término mománager y que se lleva el 10 por ciento de todo el dinero que generan sus hijas, no le guste demasiado esa idea. Lo irónico es que fue ella quien le dio a Kim las herramientas necesarias para afrontar el largo proceso hasta conseguir su titulación. Por el contrario, su difunto exmarido soñaba con que alguno de los cuatro hijos que tuvieron en común antes de su divorcio decidiera convertirse en abogado, y al final será Kim quien lo haga.

“Sé que a él todo esto le haría mucha gracia, porque no se lo habría esperado en absoluto. Hablábamos mucho de que yo estudiara derecho y siempre decía que nos ayudaría dándonos una paga si seguíamos estudiando, y yo no podía hacerlo. Yo quería ir por mi cuenta, no me importaba nada más, así que no acabé la escuela. Y ahora que se ha presentado la oportunidad, todos estos años después, tiene mucho más sentido. Aprendo cada día y estoy muy agradecida por la experiencia. Él ya me advirtió lo estresante que es. Pero tengo que decir que aprendí mi ética de trabajo de mi padre, pero aprendí mucho más de mi madre de lo que nunca he reconocido”, ha asegurado.