
Los principitos de Mónaco han dejado de ir a la escuela para estudiar en el palacio
Cada vez son más las dinastías reales europeas que tratan de ofrecer a sus retoños una infancia ‘normal’, dejando atrás la tradición de educarles entre niñeras e instructores privados, para enviarles en su lugar a colegios donde pueden socializar con otros niños que no sean únicamente miembros de su familia.
Hasta ahora los mellizos del príncipe Alberto y la princesa Charlène de Mónaco acudían a la escuela católica François d’Assise – Nicolas Barré (FANB), ubicada muy cerca de la residencia oficial de sus padres, pero en los próximos meses abandonarán las clases para empezar a estudiar en casa.
“Ante la incertidumbre por la evolución de la pandemia, la princesa y yo preferimos protegerles. Hemos trasladado una pequeña aula de la escuela al Palacio, en la antigua guardería de mi infancia”, ha explicado el príncipe en declaraciones a Monaco Matin.
La prioridad del matrimonio pasa por ofrecer la mayor sensación de normalidad posible a los dos niños en un momento de tantos cambios, marcado por la ausencia de su madre durante seis meses debido a la infección que contrajo en Sudáfrica y por su actual ‘desaparición’ de la vida pública para continuar con su convalecencia en un lugar secreto. Con esa idea en mente, se han tratado de recrear las condiciones de un aula normal eligiendo un mobiliario acorde y contratando a los mismos profesores que habrían tenido en su centro educativo habitual.
“Están rodeados a diario por otros cuatro compañeros que también asisten a clases en el Palacio”, ha añadido su padre para explicar además que seguirán acudiendo a algunas clases como las de gimnasia y natación.