Lionel Messi: un futbolista ‘privilegiado’ al que le gustaría ser ‘anónimo’
El futbolista Lionel Messi, jugador del FC Barcelona y considerado por muchos como el mejor jugador que existe actualmente en el deporte rey, se ha sincerado como nunca en la entrevista que ha mantenido esta semana con el periodista catalán Jordi Évole: una conversación en la que, como era de esperar, no se ha pronunciado con precisión alguna sobre su posible salida de la entidad, ya que ha versado fundamentalmente -y eso es ya algo excepcional- sobre su plano más personal.
El astro argentino ha hecho un breve repaso a su glorioso historial futbolístico para concluir, por supuesto, que se siente todo un “privilegiado” por las oportunidades que ha tenido de aunar talento y esfuerzo para triunfar a todos los niveles en su gran pasión profesional. Sin embargo, la fama y la presión mediática que han traído consigo su prestigio y su éxito ha chocado notablemente con su tradicional timidez y carácter “introvertido”.
“Es cierto que me siento un privilegiado, pero a veces me gustaría ser más anónimo y no tener trescientos ojos mirándome”, ha confesado en su sincera conversación, emitida en la cadena española La Sexta. ” Mi llegada fue un momento difícil, porque tenía 13 años y lo dejaba todo. Amigos, país… Venía a un lugar donde no me conocía nadie. Cuando nos quedamos solos, mi papá me dijo que qué hacíamos, si seguía en busca de mi sueño o regresábamos a la vida de antes. Tenía claro que quería quedarme, aunque en los primeros meses sufrí mucho”, ha añadido sobre sus duros comienzos en Barcelona.
En el ámbito familiar, Leo Messi disfruta de una maravillosa prole compuesta por tres retoños -Thiago (8), Mateo (6) y Ciro (2)-, fruto de su sólido matrimonio con Antonela Rocuzzo, la mujer de su vida y pareja desde la adolescencia. En ese sentido, el deportista trata de llevar una vida lo más “normal” y rutinaria posible con ellos, llevándolos al colegio, desayunando juntos y, cuando las responsabilidades se lo permiten, jugando un poco a la consola con su primogénito. “Mi vida es muy normal y a veces aburrida… Me levanto, desayuno, llevo a los chicos al cole, entreno, como con Antonela. La verdad, poco más. Antes jugaba mucho a la Play, pero cuando nació Thiago lo dejé. Ahora que Thiago juega, ya he vuelto a jugar yo también”, ha aseverado.
Sobre su hipotética marcha o permanencia en el club donde ha desarrollado la práctica totalidad de su carrera deportiva, el todavía buque insignia del Barça se ha limitado a expresar un deseo que, ciertamente, no resulta ni clarificador ni demasiado esperanzador para los forofos del club. “No sé si voy a irme, pero si me fuera, me gustaría irme de la mejor manera y poder volver en un futuro al club. El Barcelona es mucho más grande que cualquier jugador. Es una historia de amor de muy chiquito con el club y la ciudad. Termine como termine, no tiene por qué manchar todo lo que he vivido en mi carrera. Siempre todo se supera y ya veremos el final”, ha pronosticado.