Las revelaciones más impactantes de la entrevista de Enrique y Meghan

Este domingo por fin se ha emitido en la pequeña pantalla estadounidense la esperada entrevista de Oprah con los duques de Sussex. Enrique y Meghan han aprovechado la ocasión para anunciar que el bebé que esperan será una niña, pero ese no ha sido el único secreto que han desvelado a lo largo del especial de dos horas.

En contra de lo que todo el mundo creía, la pareja no contrajo matrimonio el 19 de mayo de 2018 en la capilla del castillo de Windsor, sino que lo hizo en secreto tres días antes de su mediático enlace. Aunque cueste creerlo, antes de comprometerse y pasar por el altar Meghan no sucumbió a la tentación de googlear a su futura familia política, así que no comprendía del todo que implicaría su nueva posición como royal. De hecho, Sarah Ferguson -tía de Enrique y exmujer del príncipe Andrés- tuvo que enseñarle a hacer correctamente una reverencia a la entrada del Royal Lodge de Windsor, justo antes de su primer encuentro con la reina Isabel, cuando la antigua actriz descubrió que así era como debía saludar a la abuela de su futuro marido.

Su cuñada Catalina fue quien la hizo llorar antes de su boda y no al revés, como se aseguró en su momento, pero eventualmente se disculpó con ella enviándole un ramo de flores para responsabilizarse de sus actos. Meghan se ha limitado a afirmar que no tuvieron un enfrentamiento y se ha resistido a dar detalles al respecto porque considera que no sería justo para la duquesa de Cambridge.

Ciertos miembros de la monarquía expresaron su preocupación por el tono de piel de Archie antes de su nacimiento y, más en concreto, ante la posibilidad de que fuera ‘demasiado marrón ‘. Ni Enrique ni Meghan han querido dar nombres porque saben que podrían dañar para siempre la reputación de dichas personas, pero él reconoce que se trató de una conversación muy incómoda que le dejó muy confundido. En contra de lo que dicta el protocolo, al bebé no se le otorgó automáticamente el título de príncipe o princesa ni su propio dispositivo de seguridad.

“La idea de que nuestro hijo no estuviera a salvo, y también de que el primer miembro de color de esta familia no tuviera el mismo título que el resto de nietos… La otra parte clave de aquella conversación fue que… cuando eres el nieto del monarca, automáticamente Archie y nuestro próximo bebé serían príncipes o princesas. Nadie tiene derecho a quitarles eso. Cuando estaba embarazada, dijeron que querían acabar con esa tradición, ¿pero por qué?”, ha lamentado Meghan.

En contra de lo que muchos piensan, a día de hoy Enrique mantiene una muy buena relación con su abuela pese a su salida de la monarquía británica y a lo largo del último año han hablado más de lo que lo habían hecho en la última década.

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