Las normas del colegio de la princesa Carlota: amabilidad ante todo y nada de mejores amigos

Los duques de Cambridge rompieron con la tradición de enviar a los retoños de la familia real británica a un internado desde una edad muy temprana cuando matricularon a su primogénito Jorge en el colegio Thomas’s Battersea, en el suroeste de Londres, porque les permitía llevarle a clase y acudir a recogerle siempre que tuvieran un hueco en su agenda pública, y llegado el momento volvieron a optar por este mismo centro educativo para su hija Carlota.

La prioridad de Guillermo y Catalina era encontrar la institución que mejor se ajustara a las necesidades de sus hijos y a sus propios valores como padres, y salta a la vista que la encontraron en esa escuela que cuesta alrededor de 30.000 dólares al año por alumno. Según ha explicado ahora la periodista Jane Moor en el programa de la televisión ‘Loose Women’, la principal misión del personal docente es enseñar a los alumnos la importancia de la amabilidad.

En ese sentido, a los padres y madres se les pide por favor que no repartan invitaciones a eventos como fiestas de cumpleaños en horario escolar a no ser que se vaya a invitar a todos los niños de una misma clase, y también se trata de animar a los alumnos a que no establezcan grupos de amistades cerrados para que, en su lugar, interactúen con todos sus compañeros.

“No apoyan la idea de tener ‘mejores amigos'”, ha explicado Moor. “Es una pequeña escuela maravillosa y se hace mucho hincapié en la importancia de ser amable y de guiar a los niños”.

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