Las Dixie Chicks se cambian el nombre para apoyar el movimiento Black Lives Matter
La actual situación social en Estados Unidos, sumada al debate en torno a la discriminación racial y la violencia contra la comunidad negra que aún imperan en el país, ha conseguido que muchos artistas echen la vista atrás para analizar con un ojo más crítico -e informado- ciertos hitos de su carrera profesional.
El presentador Jimmy Kimmel, por ejemplo, se ha disculpado por haber grabado sketches en los que imitaba al jugador de la NBA Karl Malone, con la piel maquillada para parecer afroamericano, y varios episodios de la serie ’30 Rock’ han sido retirados del catálogo de Amazon y Hulu, con el visto bueno de sus creadores Tina Fey y Robert Carlock, porque incluían a personajes con la cara pintada de negro.
La industria discográfica tampoco se ha librado de entonar el mea culpa. La banda femenina Dixie Chicks acaba de anunciar que a partir de ahora se presentará ante el público como The Chicks para mostrar su apoyo al movimiento Black Lives Matters.
Su nombre incluía una palabra, ‘Dixie’, que se asocia a los estados confederados y su bandera durante la guerra civil estadounidense. También hace referencia a la conocida como línea Mason-Dixie, que se convirtió en la frontera entre varios estados esclavistas del sur y sus vecinos al norte de esa demarcación geográfica, donde se había abolido la esclavitud.
El grupo de country, que ya ha reflejado este cambio en sus redes sociales, ha seguido así los pasos de sus compañeros de Lady Antebellum, que hace un par de semanas desvelaron que se habían convertido oficialmente en Lady A. En su caso, el término ‘antebellum’ -que significa antes de la guerra- resultaba problemático porque comenzó a utilizarse en el sur para referirse al período previo a la guerra tras el final del conflicto, e idealizar un estilo de vida desaparecido que estaba estrechamente ligado a las plantaciones esclavistas.
The Chicks, como quieren ser conocidas ahora, se encuentran en un momento clave tras convertirse en las primeras víctimas oficiales de la "cultura de la cancelación" cuando en 2003 se posicionaron contra la guerra de Irak en un concierto en Londres. El boicot al que fueron sometidas en consecuencia ha sido utilizado durante años para advertir a los artistas jóvenes sobre los peligros de salirse del discurso políticamente correcto.
En abril estrenaron un nuevo disco titulado ‘Gaslighter’ y producido por Jack Antonoff, que suponía su regreso por todo lo alto tras 14 años sin publicar nuevo material.