La duquesa de Sussex apoya la reforma de la ley de armas de fuego en Estados Unidos
Desde que abandonó su rol en la monarquía británica para mudarse al otro lado del Atlántico, la duquesa de Sussex se ha involucrado indirectamente en la vida política de Estados Unidos, algo que tenía prohibido hacer en su país de acogida mientras desempeñara un rol institucional, para apoyar distintas causas.
Una de las más importantes para ella es la reforma de la ley de armas y recientemente ofreció su apoyo a la organización Moms Demand Action, que hace campaña para conseguir ese cambio en la regulación de la compra-venta de pistolas y rifles de cualquier calibre, enviando a sus oficinas cafés, panecillos, galletas, rosquillas y otros aperitivos. Meghan también incluyó un mensaje escrito de su puño y letra en el que elogiaba sus esfuerzos por “mantener seguros a nuestros hijos, familias y comunidades”.
El uso de las armas fue precisamente uno de los primeros obstáculos con que se topó en su proceso de integración en la familia real británica, que siempre ha sido muy aficionada a la caza y, en especial, a la del zorro. A diferencia de su cuñada Catalina, que se dice que sí adoptó esta práctica, la antigua actriz nunca se apuntó a las jornadas de cacería porque es además una gran defensora de los derechos de los animales.
Este deporte divide a las casas reales europeas entre quienes aún lo defienden y quienes lo han dejado de lado para evitar polémicas o por auténtica convicción. Hace unos días, por ejemplo, salió a la luz que la princesa Amalia de los Países Bajos había solicitado y obtenido su licencia para cazar a los pocos meses de cumplir la mayoría de edad legal: 18 años. Esa noticia causó bastante revuelo en el país del que es heredera al trono, ya que gran parte de la sociedad se opone a la caza como práctica recreativa.