La directora Mia Hansen-Love explica por qué veta los coordinadores de intimidad en sus rodajes

La figura de los coordinadores de intimidad se ha vuelto muy popular en los últimos años al mismo tiempo iban ganando fuerzas movimientos como Time’s Up o #MeToo, que persiguen los abusos sexuales en la industria del cine y la televisión. Su presencia se ha convertido en algo habitual en grandes producciones como ‘La casa del dragón’ y algunas figuras de la industria han empezado a pedir que su trabajo se reconozca con una categoría propia en las entregas de premios más importantes.

Para comprender su importancia y el cambio que representan basta decir que el spin off de ‘Juego de tronos’ contrató a un coordinador para que no se repitieran situaciones como las que vivió Emilia Clarke, quien años más tarde confesó que no había tenido ningún tipo de control sobre las escenas en que aparecía desnuda o en las que su personaje Daenerys Targaryen era víctima de una violación, con el consiguiente trauma emocional que ello supuso. En comparación, ‘La casa del dragón’ pasó seis meses preparando una sola escena de sexo para que los dos protagonistas tuvieran claro qué debían hacer en cada momento.

Pero no todo el mundo está de acuerdo con la importancia de esta nueva profesión. La directora Mia Hansen-Love, responsable de títulos como ‘El porvenir’ o ‘Una bonita mañana’, no piensa abrir las puertas de sus rodajes a este tipo de profesionales a no ser que no le quede más remedio.

“Mientras no me obliguen, no los utilizaré”, ha desvelado en una entrevista al periódico The Guardian. “No creo que lo necesite. Soy extremadamente sensible y presto mucha atención al respeto que los actores deben mostrar los unos con los otros. Nunca he tenido ningún tipo de problema. Nunca he obligado a ningún actor a hacer algo que no quisiera hacer”.

Una de las labores más importantes que realizan los coordinadores de intimidad es precisamente servir de enlace entre directores y actores, manteniendo conversaciones en privado con cada una de las dos partes para acordar cómo se desarrollarán las escenas que implican una mayor vulnerabilidad y garantizar así que todos -en especial los miembros del elenco- se puedan expresar con libertad, sin sentirse intimidados ni presionados por lo que creen que se espera de ellos. Sin embargo, Mia no considera que sus intérpretes necesiten una tercera persona para comunicarse con ella, y de hecho, considera que la presencia de un ojo que todo lo vigile contribuiría a crear un clima de tensión.

“Todo se discute y sucede de manera muy fluida. Así que, para mí, los coordinadores de intimidad no son necesarios. Si me viera obligada a tener algún tipo de policía en el plató, preferiría no rodar esas escenas. Entiendo por qué algunas personas pueden sentirse más tranquilas, pero está muy lejos de la experiencia de mis propios sets de rodaje”, ha explicado.

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