
Kim Kardashian se sincera sobre las dificultades de criar a sus hijos con Kanye West
Kim Kardashian y Kanye West acordaron el pasado mes de noviembre compartir la custodia de sus cuatro retoños -North, Saint, Chicago y Psalm- a fin de concluir un proceso de divorcio que llevaba más de un año enquistado. Asimismo, el polémico rapero se comprometió a abonar mensualmente a su antigua esposa unos 200.000 dólares en concepto de manutención para sus hijos, con el objetivo de sufragar los costes de su escolarización y otros gastos habituales en su día a día.
De ese arreglo económico y familiar parecía desprenderse el inicio de una nueva era de cordialidad para la expareja, pero las posteriores salidas de tono que volvió a protagonizar el artista en Twitter, lo que desembocó en la suspensión de su cuenta, puso de manifiesto que la estrella televisiva lo iba a tener muy complicado para ocultar en su esfera privada cualquier futuro problema o rifirrafe con su ex. De hecho, a su paso por el podcast ‘IRL’, presentado por Angie Martinez, Kim ha admitido abiertamente que no le está resultando en absoluto fácil administrar sus labores y responsabilidades maternales en coordinación con el denostado astro del hip hop.
“Es muy duro, la crianza compartida es jodi**mente dura”, ha señalado con inesperada rotundidad en su conversación con la también cantante y rapera neoyorquina, a quien ha confesado que, en estos tiempos convulsos, trata de mantener a su prole completamente alejada de lo que “ocurre en el mundo exterior” y del consiguiente debate mediático. “Definitivamente le protegí a él y seguiré haciéndolo desde la perspectiva de mis hijos, lo hago por ellos. En mi casa, mis hijos no saben nada de lo que ocurre en el mundo exterior”, ha reivindicado sobre la sensatez con la que afronta esta clase de retos.
A diferencia de los cruentos ataques verbales que dirigió Kanye a la familia Kardashian-Jenner en cuanto afloraron las primeras señales de su crisis matrimonial con Kim, la empresaria y modelo ocasional se congratula de haber adoptado la postura más razonable y apropiada en lo que al bienestar de sus pequeños se refiere, algo que ellos seguramente le agradecerán en el futuro. “Es que no están preparados para lidiar con cosas de mayores. Cuando crezcan, tendremos estas conversaciones. Un día mis hijos me agradecerán que no me haya sentado aquí para criticar a su padre. Y podría hacerlo”, ha asegurado.