Kim Kardashian ha perdido siete kilos en tres semanas para la gala del Met

La gala del Met se ha convertido en una de las citas más importantes en la agenda social de Kim Kardashian desde que acudió por primera vez al evento en 2013 del brazo de su entonces esposo Kanye West. En la actualidad la celebridad ha pasado de ser una mera acompañante a convertirse en una invitada habitual, y ella se toma muy en serio la cita organizada por Anna Wintour.

En 2021 se cubrió por completo, de pies a cabeza, con un diseño de Balenciaga, y en la edición anterior se enfundó un corsé que no le permitió sentarse en toda la noche para lucir una cintura imposible vestida de Thierry Mugler. Anoche Kim volvió a demostrar que está dispuesta a sufrir por la moda enfundándose el icónico vestido de lentejuelas que Marilyn Monroe llevaba puesto cuando le cantó el cumpleaños feliz al presidente John F. Kennedy en 1962.

La prenda se hizo famosa porque se ajustaba como una segunda piel al cuerpo de la actriz, hasta el punto de que tuvieron que terminar de coserla sobre su propio cuerpo. El problema es que, aunque las dos mujeres comparten la misma figura curvilínea, Marilyn estaba más delgada que Kim y esta última tuvo que perder más de siete kilos en las últimas tres semanas para poder entrar en el vestido.

“Fue como prepararse para un papel”, ha explicado Kim, que también se ha teñido de rubia, a la revista Vogue. Ni siquiera los actuales propietarios de la prenda, del museo Ripley’s Believe It or Not!, creían que pudiera lograrlo, pero ella se salió con la suya. Eso sí, subir las escaleras del museo metropolitano donde se celebra la gala resultó todo un desafío.

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