Kevin Federline cree que la controvertida tutela de Britney Spears le salvó la vida
Kevin Federline, el ex esposo de Britney Spears, cree que la controvertida tutela del padre de la cantante, Jamie, “le salvó la vida”. El ex bailarín de 44 años, convertido en DJ, hizo esta afirmación en una rara entrevista con 60 Minutes Australia que se emitió este fin de semana.
Kevin aseguró que el movimiento legal, que duró 13 años, fue lo mejor para la intérprete de ‘Toxic’, que ahora tiene 40 años, aunque la dejó sin control sobre su vida, su carrera y sus finanzas.
Cuando se le preguntó si el padre de Britney, Jamie Spears, de 70 años, tomó la decisión correcta al promulgar la tutela, Kevin dijo: “Siento al cien por ciento que la salvó en su momento”.
Pero admitió: “No estuve involucrado en nada de cómo surgió la tutela. No lo sé. Estaban preocupados por su hija y trataban de hacer todo lo posible para ayudarla. Eso es todo lo que sabía”.
El ex bailarín admitió que los hijos que comparte con Britney -Sean, de 16 años, y Jayden, de 15- estaban “felices” por su madre cuando terminó la tutela.
“Ambos se alegraron mucho por ella, ¿sabes? Porque no siempre se trata de lo que es correcto. Se trata de que esto es lo que mamá quería, ya sabes, y mamá lo consiguió”.
Dijo que quería que sus hijos tuvieran una relación estrecha con sus abuelos, el padre de Britney, Jamie, y su madre, Lynne, de 67 años, así como con su tío: “Son la familia inmediata de mis hijos. Son su abuelo, su abuela y su tío. Siento que es muy importante que tengan relaciones con todos ellos, independientemente de lo que suceda”.
En 2019, a Kevin se le concedió el 70% de la custodia de sus hijos y los de Britney, mientras que a Spears se le rebajó al 30%, según TMZ.
Él y la cantante salieron sólo tres meses en 2004 antes de comprometerse en julio y casarse en septiembre del mismo año. Un año después, en septiembre de 2005, nació su primer hijo, mientras que Jayden le siguió en 2006. Finalmente, la intérprete solicitó el divorcio, que se concretó en julio de 2007.
Seis meses después, la cantante fue sometida a una retención psiquiátrica involuntaria.
En noviembre de 2021, un juez de Los Ángeles acordó poner fin a la tutela que controlaba la vida de Britney y su fortuna de 60 millones de dólares.