Kelly Clarkson quiere encontrar un ‘equilibrio’ entre su figura pública y su condición de madre
Desde que se diera a conocer la noticia de que Kelly Clarkson y su exmarido Brandon Blackstock habían decidido tomar caminos separados y disolver legalmente su matrimonio, la intérprete ha estado haciendo todo lo posible para poder hablar con cierta naturalidad de tan delicada situación y, al mismo tiempo, proteger su ámbito más privado y mantener intacto el derecho a la intimidad de sus hijos.
Eso explica que, en las últimas semanas, la estrella de la música no haya tenido reparo a la hora de desahogarse, en su propio ‘talk show’ y en otras apariciones televisivas, sobre los sentimientos que le invaden en medio de una etapa llena de cambios a todos los niveles, pero siempre lo ha hecho con límites muy claros y sin entrar en detalles sobre los entresijos de una disputa legal cuya complejidad no habría dejado de ganar enteros.
En su última conversación con el portal de noticias ‘Entertainment Tonight’, la también jueza de concursos cazatalentos ha defendido, por un lado, su derecho y su necesidad de expresar sus emociones, incluyendo miedos y preocupaciones, ya que su figura pública así lo demanda y también el hecho de que, como artista, es imposible no buscar inspiración en las experiencias más personales.
No obstante, Kelly tiene muy claro que ha de proteger los “corazones” de los cuatro menores de edad implicados en el asunto: los dos hijos de su extinto matrimonio con el productor y empresario, River Rose y Remington Alexander, y los otros dos que Brandon tiene de una relación anterior.