Jimmy Kimmel tuvo que desechar varios chistes sobre la agresión de Will Smith a Chris Rock para la pasada gala de los Óscar

El presentador Jimmy Kimmel volvió a demostrar en la pasada ceremonia de los Óscar su solvencia como maestro de ceremonias, exhibiendo un delicado equilibrio entre su afilado sarcasmo y la necesidad de evitar bromas que pudieran resultar excesivamente polémicas u ofensivas para los asistentes.

Como era de esperar, el humorista no quiso pasar por alto el incidente ocurrido en la gala del año pasado, cuando Will Smith se levantó de su asiento para propinar una bofetada a Chris Rock como respuesta a un chiste del cómico sobre la alopecia de su esposa, Jada Pinkett Smith. Esa referencia de Kimmel incluyó un simpático ‘tirón de orejas’ al star-system hollywoodiense por su nula o tardía reacción al impactante suceso, así como otras críticas dirigidas a la propia organización de los premios.

“Queremos que os divirtáis, queremos que os sintáis seguros. Y lo más importante, quiero sentirme seguro. Tenemos una política muy estricta. Si alguien comete algún acto de violencia durante la ceremonia, se le concederá un Óscar al mejor actor y se le permitirá un discurso de 18 minutos. En serio, la Academia tiene un equipo de crisis este año. Si ocurre algo impredecible o violento, sólo tenéis que hacer lo mismo que el año pasado: absolutamente nada. Quizás podéis darle un abrazo al agresor”, les espetó a todos ellos en su monólogo inicial.

Al margen del sentir de cada uno sobre la intensidad de esos chistes, lo cierto es que Kimmel se contuvo y no desplegó toda la artillería que tenía preparada para lidiar públicamente con lo sucedido. Así lo ha confirmado ahora su propia esposa, Molly McNearney, quien ejerce como productora ejecutiva de la retransmisión televisiva del evento. “No queríamos que toda la gala girara en torno a lo que pasó en la anterior. No puedo decirte exactamente cuántos chistes sobre Will Smith tuvimos que desechar. Pensamos que sólo debíamos quedarnos con los mejores”, ha revelado en conversación con la revista Variety.

Algunos de esos chascarrillos eran especialmente “duros” contra el astro de Hollywood, quien después de la agresión a Chris Rock subió al escenario para recoger la estatuilla al mejor actor protagonista por ‘King Richard’. “Ciertamente teníamos bromas mucho más duras, pero sentimos que no era nuestro papel hacer eso. Ese es el estilo de Chris Rock, no el nuestro”, ha señalado McNearney sobre su particular enfoque humorístico. “Nos gustó mucho la idea de reírnos un poco de las reacciones del año pasado. La verdad es que todavía estamos en shock por cómo acabó todo, incluyendo el tener que escuchar un discurso de aceptación después de un episodio de violencia”, ha explicado la mujer de Jimmy Kimmel.

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