Jay Leno estuvo a punto de perder un ojo en la fatídica explosión en su garaje
Desde que rompiera su silencio acerca del terrible accidente que sufrió a principios de noviembre en el garaje de su casa, uno que le dejó graves quemaduras en el rostro tras una explosión derivada de una fuga de combustible, el cómico y presentador Jay Leno ha tratado de restar importancia al suceso e incluso ha bromeado sobre el atractivo físico que habría ganado con su “nueva cara” después de someterse a varios injertos de piel.
Para el que fuera anfitrión del ‘Tonight Show’ durante más de una década, su optimismo y actitud positiva son la mejor medicina para superar el traumático episodio y, asimismo, para evitar que la opinión pública no le incluya en ese club de famosos supuestamente victimistas y “quejicas”. “Tienes que bromear con ello, no hay nada peor que una celebridad quejica. Si haces chistes, la gente se reirá contigo”, explicaba hace solo unos días sobre su curiosa metodología terapéutica.
Sin embargo, el incombustible cómico de 72 años ha ofrecido ahora un razón aún más convincente sobre su actitud relajada y chistosa. Y es que, como ha confesado a la revista People, las consecuencias de su percance podrían haber sido mucho más dramáticas. Leno ha confirmado, como se rumoreaba en su momento, que el fuego estuvo a punto de penetrar tanto en sus ojos como en sus oídos, por lo que se siente agradecido de que los daños no hayan sido mayores o directamente irreversibles.
“Permanecí debajo del coche durante unos diez segundos, hasta que [mi amigo] Dave me sacó de ahí. Un poco más, y habría perdido un ojo”, ha señalado sobre el nivel de riesgo al que estuvo expuesto. “No soy una persona que entre fácilmente en pánico, pero sabía que si respiraba e inhalaba con fuerza, quemaría mis pulmones. Tenía la cara llena de gasolina… Sentí perfectamente el momento exacto en que empezó a arderme la cara. Era como la mayor insolación que había vivido nunca”, ha relatado.