Jack O’Connell compara las escenas de sexo en ‘Skins’ con las de ‘El amante de Lady Chatterley’
Jack O’Connell protagoniza con Emma Corrin la adaptación del clásico ‘El amante de Lady Chatterley’ que acaba de estrenar Netflix y los dos se prepararon con la experta Ita O’Brien para llevar a la pequeña pantalla los pasajes más explícitos del libro.
Para el actor de 32 años no se trataba de una experiencia nueva. Su carrera comenzó cuando se hizo con el papel de James Cook en la serie ‘Skins’ a los 17 años, mucho antes de lo que él define como “la era de los coordinadores de intimidad”. Aquel drama británico con toques de comedia de Channel 4 marcó un antes y un después en la forma de contar historias sobre adolescentes al ofrecer un crudo retrato de las generaciones de principios del 2000, sin eludir el sexo casual o el consumo de drogas y de alcohol.
En aquella serie, Jack acumuló mucha experiencia desnudándose frente a las cámaras y simulando actos sexuales, que continuó ampliando mientras participaba en la producción del West End ‘La gata sobre el tejado de zinc’ y en el drama carcelario ‘Starred Up’. Pese a su dilatada experiencia, el set de rodaje de ‘El amante de Lady Chatterley’ supuso toda una novedad porque en ninguna de las ocasiones anteriores se había sentido seguro o lo suficientemente cómodo en ese mismo tipo de situaciones.
“A ver, admito que en aquel momento era muy ingenuo, lo suficiente como para no pararme a pensar y preguntarme si me sentía cómodo o no. Me parecía simplemente que era una parte integral del programa en una época muy diferente y muy distinta a la actual”, ha explicado el intérprete.
Jack se alegra de corazón de que sus compañeros de profesión hayan comenzado a quejarse de las condiciones en que trabajan a menudo en los momentos más delicados de un rodaje, porque espera que así se eviten situaciones como las que le tocó vivir a él, sobre las que prefiere no entrar a dar detalles.
“Te sientes muy comprometido y si no sientes que estás protegido en ese entorno, puede resultar apabullante sin que haga ninguna falta”.
En cualquier caso, él tiene claro que seguirá aceptando proyectos que impliquen quitarse la ropa ante las cámaras si demuestran merecer la pena. “Aun así, siempre va a haber nervios. Pero si sirve para hacer avanzar la historia, no hay más que hablar. Si no se puede evitar, hay que seguir adelante”, ha concluido.