J Balvin ha convertido su mansión de Medellín en un templo de inspiración japonesa

Apenas unas semanas después de que su buen amigo y compatriota Maluma le abriera las puertas de su hogar en Colombia a la revista Architectural Digest, el cantante J Balvin ha hecho lo mismo para mostrar el interior de la impresionante mansión que ha construido a las afueras de Medellín.

Lo que más llama la atención es que, a diferencia de su estilo a la hora de vestir, su hogar es un espacio minimalista, con una paleta de colores neutral y una estética japonesa en la que abundan las puertas correderas y los paneles de madera de roble francés. Al igual que el famoso rapero Kanye West, la estrella del reguetón ha querido convertir la vivienda en una especie de templo que funciona como "un refugio para su alma", según ha explicado en declaraciones a la publicación.

"Cuando visité Japón, conecté realmente con su energía, que me gusta mucho, y es lo que he intentado conseguir en esta casa", ha afirmado con orgullo.

A diferencia de otras celebridades, el artista -cuyo verdadero nombre es Jose- no se limitó a extender un cheque en blanco y esperar a que las obras terminaran, sino que se involucró a fondo en todo el proceso creativo.

"Lo disfruté muchísimo porque este es básicamente el lugar en que he vivido los últimos tres meses, desde que empezó la cuarentena. He creado el espacio que quería, que no es pretencioso. Es un sitio para que mi alma descanse. Yo nunca trato de impresionar a nadie, no es lo mío. Este en un sitio para que me visite mi gente y podamos relajarnos juntos", ha señalado.

En las estanterías y las paredes de la casa no puede encontrarse ni una sola referencia a su carrera profesional en forma de alguno de los muchos premios que ha recibido, y tampoco puede verse por ningún lado su nombre artístico.

"Todo eso está en casa de mi madre", ha explicado el músico, que también ha renunciado a tener televisión.

El único despliegue de colorido se encuentra en su vestidor, donde atesora más de 800 pares de deportivas, aunque en realidad nunca se ha parado a contarlos.

"Me encanta todo, todo. Los sombreros, las gafas, los accesorios, las deportivas…", se ha disculpado. "No puedo decirte cuántos pares tengo porque mi madre me castigaría".

Curiosamente, él no tiene una habitación propia y cada noche le gusta dormir en un dormitorio diferente para no "aburrirse".

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