Isabel II estudia distintas formas de disimular sus problemas de movilidad en público
La soberana británica ha venido experimentando problemas de movilidad crecientes durante los últimos meses, que le han obligado a utilizar un bastón en sus apariciones públicas. También se rumorea que ha mandado instalar un ascensor en Craigowan Lodge, una casa de piedra que se encuentra a escasa distancia del castillo de Balmoral y donde Isabel planea pasar cada vez más tiempo de cara al futuro.
Su próximo compromiso oficial está fijado para la semana que viene, cuando se celebrará un servicio conmemorativo en honor a su fallecido esposo, el duque de Edimburgo, en la Abadía de Westminster y actualmente se están estudiando distintas medidas para que ella pueda realizar su entrada de una forma “digna”.
Se cree que la reina podría volar el helicóptero desde el castillo de Windsor hasta el palacio de Buckingham para evitar un viaje más largo por carretera y desplazarse más tarde en coche hasta la Abadía. Una vez allí, en lugar de utilizar la puerta Great West, el vehículo aparcaría en la entrada menos visible de Dean’s Yard para que pudiera entrar en el edificio por el Rincón de los Poetas, que presenta solo un corto paseo hasta llegar a su asiento en el Santuario.
Se dice que los funcionarios están considerando incluso utilizar pantallas opacas para proteger a la reina de las miradas curiosas y las cámaras de televisión. El periódico The Sun on Sunday también señala que ella podría romper con la tradición llegando a la Abadía antes que el resto de los invitados, en lugar de ser la última en hacer su entrada. La posibilidad de que utilice una silla de ruedas aún no se ha descartado, pero sería la última opción.
Con la excepción del príncipe Enrique y su esposa Meghan, duquesa de Sussex, se espera que todos los miembros de la familia real británica de alto rango estén en el servicio del próximo 29 de marzo, al que asistirán representantes de otras monarquías europeas.