Iris Apfel, la influencer centenaria, no aprueba el uso de la cirugía estética
La interiorista Iris Apfel saltó a la fama más allá de los círculos artísticos de la sociedad neoyorquina cuando el museo metropolitano le dedicó una exhibición a su colección de ropa y accesorios en 2005. Desde entonces se ha convertido en una modelo representada por la agencia ING y en una influencer conocida por sus joyas excesivas y sus gafas extra grandes.
Iris cumplió un siglo de vida el pasado mes de agosto en un momento inmejorable de su larga vida, al menos a nivel profesional, y por esa misma razón no comprende de dónde surge la obsesión generalizada por aparentar mucho menos años.
“Si tienes suerte y Dios te permite vivir unos años de más, me parece que deberías presumir de ello y no tratar de ocultarlo. ¡No veo nada de malo en tener unas cuantas arrugas!”, ha afirmado en declaraciones al portal Page Six.
Del mismo modo que no comprende por qué algunas personas recurren a procedimientos estéticos para quitarse años o parecerse a ciertas celebridades, tampoco aprueba que todas las jóvenes sigan las mismas tendencias hasta el punto de que parece que llevan puesto un uniforme.
“Dios les dio unas personalidades y unas figuras preciosas, y no entiendo que quieran ocultarlas y parecerse entre ellas”, ha lamentado.