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Hugh Bonneville no tiene demasiado en común con el conde de Grantham, el personaje al que da vida en la serie ‘Downton Abbey’, porque no creció en el seno de la aristocracia británica, sino en una familia normal que ni siquiera tenía ninguna relación con el mundo de la interpretación al que él soñaba con dedicarse.

Con lo que sí pudo identificarse a la hora de abordar el papel que cambió su carrera fue con las rencillas y complots que marcan el día a día de los Crawley porque él mismo llegó a detestar tanto a uno de sus familiares como para planear su asesinato. En esta ocasión, y por una vez, la realidad supera la ficción.

De pequeño, el intérprete británico mantenía la típica rivalidad infantil con su hermana Claire, que le sacaba de sus casillas pegándole patadas por debajo de la mesa y sacándole la lengua. Hasta ahí todo era normal; lo extraño es que tuvo un momento de claridad espeluznante en el que llegó a la conclusión de que debía quitarla de encima, e incluso se lo confesó a su madre.

“Cualquier que haya tenido una hermana, se da cuenta en algún momento de que tiene que morir o ser quitada del medio. Creo que yo tenía siete u ocho años cuando tuve esa revelación”, ha desvelado el actor, que ahora tiene 59 años, en el programa ‘The One Show’.

Su madre no le tomó en serio cuando le informó que había ideado un plan para quitar de en medio a su hermana, y eso solo consiguió frustrarle aun más: “Le dije que iba a cavar una tumba, pero ella me respondió: ‘De acuerdo. La cena es a las seis. Hay palitos de pescado'”.

Aunque nadie le hizo caso, Hugh empezó a cavar una tumba en el exterior de su casa e hizo un agujero de 10 centímetros de profundidad antes de cansarse y tirar la toalla porque el suelo estaba demasiado duro. Obviamente, a día de hoy se alegra de no haber seguido adelante con su plan y Claire está sana y salva.

“Es mi hermana y la quiero mucho”, ha aclarado.