Glastonbury anuncia la bancarrota si se cancela su edición del próximo año
Por estas fechas, los responsables de la cita musical por excelencia del verano británico deberían de estar preparándose para celebrar por todo lo alto su cincuenta aniversario en la granja Worthy Farm, tirando la casa por la ventana con un despliegue de medios que hiciera honor a un cartel de primera, encabezado por Taylor Swift y que incluiría a Paul McCartney.
Sin embargo, la actual crisis del coronavirus les obligó a cancelar todos esos planes y le ha pasado factura a sus finanzas, al igual que le ha sucedido a muchos de sus compañeros en el mundo de la música. En su caso, el fundador de Glastonbury, Michael Eavis, prevé que el festival no podrá recuperarse si también se cancela su próxima edición por razones de seguridad.
"El año que viene tendremos que ponernos en marcha; de otra forma, las consecuencias económicas serían muy graves… Estamos hablando de la bancarrota", ha desvelado Eavis en declaraciones al período The Guardian. "Tiene que suceder, tenemos que seguir adelante. Es eso, o el cierre. No creo que podamos esperar otro año más".
Su hija Emily, encargada de seleccionar las actuaciones del evento, insiste en que toda la industria discográfica y los profesionales que viven de ella, da igual que trabajen encima del escenario o entre bambalinas, penden de un hilo y no soportarán otra temporada estival sin festivales.
"Y ni siquiera sabemos con cuánto apoyo podemos contar por parte del gobierno", ha lamentado.
La buena noticia para los amantes de los conciertos al aire libre es que tanto ellos como su equipo están preparados para luchar a fondo antes de tirar la toalla, haciendo suyo el lema "renovarse o morir" para capear el temporal. Aunque no han dado detalles sobre las opciones que barajan para reducir el riesgo de contagio que supondría congregar a 200.000 personas, por mucho que sea en un espacio abierto, sí han adelantado que están abiertos a cualquiera de las sugerencias que les están haciendo llegar sus más fieles seguidores, como repartir las actuaciones entre varios fines de semana en lugar de celebrarse durante cinco días consecutivos en torno al último fin de semana de junio.
