El protagonista del nuevo thriller erótico de Netflix habla de sus escenas de sexo

Las producciones eróticas al más puro estilo ’50 sombras de Grey’ se han convertido en un filón muy rentable para Netflix, como demuestra el éxito de los filmes ‘365 días’. Richard Armitage, uno de los actores de ‘El Hobbit: Un viaje inesperado’, aparece en el nuevo drama de la plataforma sobre un cirujano que se embarca en una tórrida aventura con la prometida de su hijo y protagoniza más de un momento de esos que no se pueden ver en familia con su compañera de reparto Charlie Murphy.

A su edad, 51 años, muchos intérpretes se lo habrían pensado dos veces antes de aceptar el papel debido a las escenas de desnudo que conlleva, pero para él resultó liberador quitarse la ropa ante las cámaras y no se obsesionó con la idea de ponerse en forma ni conseguir unos abdominales marcados antes de rodar.

“Mi actitud se centra en que se trata tan solo del cuerpo humano. Hay que ser un poco permisivo al respecto. Si te sientes incómodo, es tu problema. No te sientas incómodo”, ha bromeado en una entrevista a la revista HELLO!

Para ser completamente justo, Richard reconoce que su experiencia no habría sido la misma sin la ayuda del coordinador de intimidad, a quien atribuye el mérito de haber conseguido que los actores afrontaran las escenas más subidas de tono con tranquilidad y sabiendo que no habría sorpresas desagradables. También le ha quedado la satisfacción de demostrar lo mucho que se equivocaban todas las personas que le advirtieron desde un primer momento que no se atreviera con un proyecto tan sexy.

“Yo lo abordé con una mentalidad europea, como los franceses se enfrentan al cine. Son mucho más relajados con su visión del cuerpo humano, las relaciones y la intimidad. Me decía a mí mismo: ‘Ya has dado suficientes puñetazos, has apretado suficientes gatillos y has blandido suficientes espadas en tu vida, y has hecho todo tipo de cosas en torno a la violencia’. Da igual que no genere la misma reacción. Es una exploración diferente del deseo humano”.

En contra de lo que podría parecer a simple vista, el rodaje de sus encuentros sexuales no era para nada sensual porque se sentían como dos bailarines ejecutando una coreografía.

“Charlie tiene un sentido del humor brillante, y muy seco, y una visión de la vida que hace que sea muy fácil interpretar esas escenas. Al finales, chocábamos los cinco y nos decíamos hasta mañana'”.

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