El príncipe Luis de Luxemburgo y su exmujer olvidan su complicado divorcio
En Reino Unido, el príncipe Andrés y la duquesa de York son conocidos como los ‘divorciados mejor avenidos del país’ por la relación cordial que han mantenido desde su separación en 1992, pero ellos no son los únicos ‘royals’ que han sabido anteponer el bienestar de sus retoños -el exmatrimonio tiene dos hijas, las princesas Beatriz y Eugenia- a todo lo demás.
En el Gran Ducado de Luxemburgo también hay un ejemplo de una antigua pareja que no duda en dedicarse palabras de cariño públicamente a pesar de que su historia de amor no tuviera un final de cuento de hadas.
Esta semana, la exmujer del príncipe Luis le ha dedicado una cariñosa publicación en Instagram para felicitarle por su 34 cumpleaños. "Feliz cumpleaños, Lou", arranca el inicio de su mensaje, en el que utiliza el apodo cariñoso con que probablemente solía referirse al padre de sus dos hijos mientras aún estaban casados.
Tessy, como se llama su antigua esposa, ha hecho referencia a los problemas y las tensiones que marcaron el final de su matrimonio afirmando que la vida es una "montaña rusa" y que ellos han pasado ya por bastantes altibajos, pero también ha insistido en que mereció la pena esforzarse para superarlos.
"A pesar de las diferencias, hemos conseguido criar a dos niños buenos, inteligentes y felices de una forma preciosa, y seguiremos haciéndolo", ha celebrado.
Como despedida, Tessy le ha asegurado a su ex que se alegra de contar con los recuerdos del tiempo que pasaron juntos, sin importar que en el fondo no estuvieran hechos el uno para el otro.
"Hoy más que nunca deseo que disfrutes de una celebración maravillosa con tu familia, tu novia, tus amigos y otras personas", le ha asegurado, confirmando indirectamente que el príncipe Luis -al igual que ella- ha rehecho su vida sentimental.
A principios de 2017, la expareja -que se casó con 19 y 20 años tras tener su primer hijo en común- puso punto final a un amargo proceso de divorcio que salta a la vista que han sabido dejar atrás para volcarse en sus retoños.
