El príncipe Andrés vende su residencia suiza para afrontar su demanda por abusos sexuales
El príncipe Andrés ha tenido que vender su casa de Verbier, en Suiza, para hacer frente a la demanda que Virginia Giuffre interpuso en su contra en Estados Unidos, acusándole de haber abusado de ella cuando era menor de edad durante una serie de encuentros organizados por Jeffrey Epstein, el empresario que se quitó la vida en prisión antes de ser juzgado por tráfico sexual de menores.
Finalmente el hijo de Isabel II decidió llegar a un acuerdo extrajudicial en febrero según el cual reconocía que esa mujer había sido víctima de violencia sexual y se comprometía a realizar una importante donación a la organización sin fines de lucro que ella creó en 2015. Se rumorea que la cifra ronda los 12 millones de libras, pero no ha habido confirmación oficial.
En los últimos días se han visto varias furgonetas de mudanza frente a la propiedad valorada en 17 millones de libras después de que el pasado mes de enero se rumoreara que Andrés había encontrado por fin un comprador. El dinero de la venta iría destinado a cubrir el préstamo que le hizo su hermano el príncipe Carlos para hacer frente al pago que debe realizar a Virginia.
Anteriormente ese había sido uno de los refugios favoritos de Andrés para relajarse con sus dos hijas y su antigua esposa, la duquesa de York, que fue vista allí por última vez el pasado Año Nuevo acompañada de su familia. Sin embargo, la casa también ha sido un auténtico quebradero de cabeza para el hijo de Isabel II desde que se la compró en 2014 a la socialité Isabelle de Rouvre, quien seis años más tarde le demandó asegurando que aún le debía 6,6 millones de libras.
El asunto se solucionó en 2021 de forma muy discreta, pero los problemas no acabaron ahí. El periódico suizo Le Temps afirma que Andrés y Sarah Ferguson no pueden realmente vender la mansión porque se encuentra atada al pago de otra deuda de 1,6 millones de libras derivada de un acuerdo de negocios sobre el que no se conocen más detalles.