El príncipe Alberto de Mónaco no ve con buenos ojos la entrevista de Enrique y Meghan
Mucho se ha hablado de la entrevista de los duques de Sussex con Oprah Winfrey en los círculos del mundo del entretenimiento: varios amigos y antiguos compañeros de la exactriz se pronunciaron al respecto en las redes sociales o por medio de comunicados para aplaudir su valentía por denunciar el trato racista del que se había sentido víctima, pero como era de esperar, el resto de familias reales europeas prefirieron no inmiscuirse en un asunto tan delicado.
El príncipe Alberto de Mónaco ha sido uno de los pocos en atreverse a pronunciarse al respecto. En un primer momento, se ha mostrado bastante comedido reconociendo que resulta muy difícil ponerse en el lugar de otra persona y que se hace una idea de la presión a la que el matrimonio debe estar sometido.
Sin embargo, según ha ido avanzando en sus declaraciones, ha adoptado un tono más duro para criticar su decisión de airear en televisión de su “falta de satisfacción” con el trato que recibieron por parte de la prensa británica y también en el marco de la monarquía porque, en su opinión, se trata de una “conversación” que debería de tratarse en la “intimidad de la familia”.
“Realmente no tendría que exponerse en la esfera pública de esta manera. Me molestó un poco”, ha admitido en declaraciones a BBC News. “Puedo ver por qué lo han hecho en cierto modo, pero creo que no era el foro apropiado para mantener este tipo de discusiones”.