El caos para organizar la boda de Brooklyn Beckham y Nicola Peltz

La boda de Brooklyn Beckham y Nicola Peltz fue una de las más mediáticas de 2022 que apareció en la edición británica de Vogue. En las páginas de la revista parecía un día de ensueño, pero al parecer entre bambalinas la situación fue un auténtico caos. Al menos eso es lo que se desprende de los detalles que han salido a la luz en el marco de la batalla legal entre la familia Peltz y las organizadoras del evento, Nicole Braghin y Arianna Grijalba, que fueron contratadas tan solo seis semanas antes del gran día y fueron despedidas nueve días más tarde.

El padre de la novia, Nelson Peltz, ha emprendido acciones legales contra las empresarias afirmando que se negaron a devolver un depósito de 159.000 dólares y ellas han presentado su propia demanda, en las que le acusan de incumplimiento de contrato y de interferir con su trabajo. Las organizadores sostienen que la madre de Nicola quería ocultar el verdadero coste del evento a su multimillonario esposo y esperaba que ellas la ayudaron a conseguirlo no desvelando que tan solo en peluquería y maquillaje se gastarían 100.000 dólares. Otra de las preocupaciones de madre e hija era aparentemente que ni David ni Victoria Beckham -los ahora suegros de Nicola- se enteraran de que la mayor parte de los detalles estaban en el aire.

También aseguran que la selección de posibles invitados que los Peltz les facilitaron para que confirmaran su asistencia no incluía información de contacto actualizada de cada persona, aunque por suerte para ellas los Beckham sí hicieron los deberes y enviaron una lista más detallada. Sin embargo, los Peltz ofrecen una versión de los hechos muy diferente insinuando que las dos mujeres tenían un problema con la bebida y que avisaron a Nicola de la asistencia de Lewis Hamilton cuando el piloto les había dicho en privado a los novios que ese día estaba ocupado.

Por el contrario, Nicole Braghin y Arianna Grijalba aseguran que trabajaron 17 horas al día y que se mantenían en constante comunicación con la novia, a pesar de que ella casi nunca respondía sus llamadas y se comportaba como una auténtica ‘bridezilla’, es decir, como una tirana. De hecho, los mensajes de texto que intercambiaron con Nicola en un grupo son una de las pruebas que han aportado y en ellos se pueden leer las quejas de la modelo acerca del color de las flores, que no eran lo suficiente blancas, o de las sugerencias de su prometido Brooklyn, de cuyo criterio no se fiaba.

El caos llegó a tal punto que Nelson trató supuestamente de cancelar toda la boda, pero su esposa Claudia le suplicó supuestamente que no lo hiciera porque arruinaría la carrera de Nicola. Al final, las dos organizadoras fueron despedidas, al igual que la primera que había contratado la pareja, a pesar de que apenas un día antes la novia les habían felicitado por su esfuerzo asegurándoles que lo estaban haciendo de maravilla.

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