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Han pasado ya cinco años desde que Drake se llevara el susto de su vida al enterarse de que una mujer llamada Mesha Collins había sido arrestada tras esconderse en un armario de la casa que el rapero tiene en Los Ángeles. Esta admiradora obsesiva quería conocer en persona a su ídolo y claramente demostró que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para cumplir su objetivo.

Con el paso del tiempo, la actitud de esta fan no ha mejorado precisamente, sino más bien todo lo contrario. Tras varios intentos infructuosos para ponerse en contacto con él, recientemente Collins cambió de estrategia y demandó al artista por difamación y por invadir supuestamente su privacidad. Un juez desestimó rápidamente su solicitud y no entró siquiera a valorar por qué la presunta víctima exigía a Drake una indemnización de 4.000 millones de dólares.

Ahora Mesha Collins ha vuelto a la carga y ha vuelto al juzgado para conseguir una orden de alejamiento temporal contra el astro de la música. El juez que estudia su caso ha rechazado la petición, pero en esta ocasión le ha dado la oportunidad de argumentar su posición al programar una vista oral que, de resultar exitosa para las pretensiones de la demandante, podría desembocar en una orden de carácter permanente para el intérprete.

Los abogados del astro de la música han reaccionado con indignación a esta medida, según recoge el portal de noticias Radar Online, ya que Drake acaba de registrar su propia demanda para que Mesha Collins no pueda acercarse a él y ponga fin, de una vez por todas, a su dinámica de hostigamiento contra el cantante y su familia.

“Simplemente no hay base legal para esto. [Drake] sostuvo bajo juramento que no conoce a Collins, que nunca se ha comunicado con ella, que no sabe dónde vive y que nunca le ha mencionado en sus canciones o publicaciones de Instagram. Cualquier acusación de acoso por su parte es fruto de la imaginación de Collins”, reza un extracto del documento remitido por sus letrados al magistrado.