Crece la preocupación por el estado mental de Britney Spears
Britney Spears todavía se siente muy dolida por la reacción, desmesurada a su juicio y también en opinión de la policía, de sus fans más radicales a los contenidos que ha venido publicando últimamente en sus redes sociales. Hay que recordar que las autoridades se personaron el mes pasado en casa de la diva después de recibir una llamada que alertaba sobre un posible riesgo para su integridad física, el cual se basaba en algunos mensajes al parecer incoherentes y, sobre todo, en la decisión que tomó la princesa del pop de cerrar temporalmente su cuenta de Instagram.
Tras esa polémica, a la que Britney respondió con una demoledora crítica a sus seguidores más paternalistas, quienes “traspasaron una línea” al tomarse la justicia por su mano sobre temas estrictamente confinados a su “vida privada”, fuentes de su entorno revelaron a los medios estadounidenses que su preocupación por el bienestar anímico y psicológico de la intérprete había ido en aumento. Éstos apreciaban cierta inestabilidad mental en esos vídeos y fotos en los que la artista aparecía desnuda o bailando de forma improvisada, o en esos ataques furibundos que dirigía a su familia en la esfera virtual.
Se llegó a decir incluso que los más cercanos a Britney le estaban preparando una “intervención”, es decir, una reunión cara a cara para advertirle de lo inquietante de su comportamiento y del efecto que todo ello generaba en sus seres queridos. Esa teoría fue rápidamente desmentida por su esposo, el bailarín y actor Sam Asghari, quien atribuyó esa aparente invención a la necesidad que tendría la prensa sensacionalista de seguir explotando mediáticamente la fragilidad de la cantante. Sin embargo, otros informantes han rebatido ahora al propio Asghari, poniendo de manifiesto que se estaría fraguando otro encuentro para confrontarla directamente.
“Britney tiene a todo el mundo muy preocupado. Aunque el otro intento falló, ahora mismo se está preparando otra intervención. Nadie piensa que Britney tenga que volver a una situación de tutela judicial. Aun así, su conducta es bastante alarmante para todos los que la quieren”, ha revelado un confidente en conversación con la revista Life and Style.
Lo cierto es que Britney Spears nunca ha ocultado que esos 13 años en los que estuvo sometida a un estricto control paterno, el cual dominaba todas las facetas de su vida, ha desembocado en un trauma que le acompañará el resto de su vida. No obstante, ella concibe su actual situación de libertad, posibles transgresiones incluidas, como el mejor recetario para sobrellevar el dolor y la tristeza que acumula. “Como parece que todo el mundo cree conocer mi historia, les diré que se lo piensen dos veces. No, no estoy teniendo una crisis, soy como soy y trato de seguir adelante con mi vida. ¡Nunca me había sentido mejor!”, replicaba el pasado mes de febrero tras la visita policial a su domicilio.