Australia y Nueva Zelanda reafirman su lealtad a Carlos III con nuevas proclamaciones

Australia y Nueva Zelanda han proclamado este domingo a Carlos III, hijo de la fallecida Isabel II, como su rey y jefe de estado en sendas ceremonias marcadas por la sobriedad, el luto y los elogios que sus representantes públicos han dedicado al monarca. El soberano fue refrendado como tal en el Reino Unido ayer sábado, tanto en el palacio de St. James como en la plaza de la Bolsa, en el corazón de la City de Londres.

Desde hace años, en el primero de los países mencionados no ha dejado de intensificarse el debate sobre la continuidad de la monarquía y la posibilidad, como es deseo de amplios sectores de la población, de que Australia se independice del reinado de los Windsor para instaurar una república, como ocurrió el pasado diciembre en Barbados. Jamaica es otro de los países de la Commonwealth donde la ciudadanía está más dividida al respecto, mientras que su gobierno no descarta preparar un referéndum para su inmediata aplicación.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ya ha descartado públicamente esa opción de cara a los tres próximos años, su primera etapa como jefe de gobierno. En su última entrevista, este republicano convencido, quien ya defendió en su momento la necesidad de que Australia contara con su propio jefe de estado en forma de presidente, ha subrayado que ahora toca mostrar “respeto y admiración” a la figura de Isabel II y no “plantear cuestiones” sobre hipotéticos cambios constitucionales a corto plazo. El también diputado laborista también ha expresado, como si de una advertencia se tratara, su confianza en que Carlos III se mantendrá al margen de la política local.

“[El rey] es alguien que mantiene un vínculo muy profundo con Australia. Espero que pueda visitarnos en alguna ocasión cuando le sea posible. Esto, por supuesto, implica un cambio sustancial. La única monarca que he conocido en toda mi vida, y en la vida de la mayoría de los australianos, ha sido la Reina Isabel II”, ha señalado en su más reciente intervención pública.

La también izquierdista primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Arden, no se ha pronunciado aún sobre sus intenciones futuras respecto a la jefatura del estado. Este domingo, al proclamar a Carlos III como monarca de su país en un acto celebrado en el parlamento de Wellington, Arden solo se ha referido a los cambios meramente formales que se desprenden de la ascensión al trono de Carlos III, al que ha alabado por su estrecha conexión con los neozelandeses. “El Rey Carlos ha demostrado que se preocupa por nuestra nación. Esta relación es muy valorada por nuestra gente. Estoy seguro de que irá a más con los años”, ha declarado en su discurso, vestida de riguroso luto.

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