Armie Hammer no busca una segunda oportunidad con su última entrevista
Armie Hammer ha concedido su primera entrevista en profundidad desde que su carrera se vino abajo por las acusaciones realizadas en su contra por varias mujeres, que sostienen que utilizó su estatus de celebridad para coaccionarlas y obligarlas a participar en dinámicas de BDSM y en encuentros sexuales no consentidos.
El antiguo chico dorado de la industria cinematográfica ha reconocido que “utilizaba a las mujeres” y que a menudo existía una desigualdad de poder en sus relaciones con mujeres mucho más jóvenes, que probablemente no habrían accedido a sus peticiones en otro escenario y con otra persona. Sin embargo, mantiene tajantemente que no violó a una de sus parejas porque la idea de simular una agresión sexual surgió de la propia joven y fue negociada por los dos hasta el más mínimo detalle.
A lo largo de la conversación también desvela que su interés en las prácticas eróticas basadas en la sumisión y la dominación se remonta a los abusos sexuales que sufrió a los 13 años a manos de un cura amigo de su familia, que no prestó atención a sus quejas cuando intentó contar lo que estaba ocurriendo.
En lo que respecta a un eventual renacer profesional, Hammer no se muestra demasiado optimista. El primer paso para limpiar su nombre y ganarse el perdón de la industria cinematográfica sería conceder una entrevista de estas características, pero él no piensa que nada de lo que diga o haga vaya a jugar en su favor a estas alturas. Si todo esto hubiera sucedido hace un par de décadas, cree que podría haber contado con una oportunidad de redimirse y demostrar que ha cambiado, como hizo Robert Downey Jr. en su día tras dejar atrás su largo historial de adicciones.
“Siento que es lo que falta en la cultura de la cancelación y todo este negocio de la masa concienciada. En el momento en que alguien hace algo mal, lo tiran a la basura. No hay posibilidad de rehabilitación. No hay posibilidad de redención. Alguien comete un error, y lo nos deshacemos de él como si fuera una cámara desechable rota. Robert y otros son ejemplos de lo que significa para un ser humano experimentar dolor y luego crecer. Y ese aspecto es algo a lo que aspiro”, ha señalado el actor.
Howard Rosenman, uno de los productores de la película ‘Llámame por tu nombre’ que convirtió a Hammer en una de las estrellas más cotizadas del séptimo arte de la noche a la mañana, también ha querido hablar con la publicación para insistir en que el retrato de un depredador sexual que se ha pintado del actor es falso y pide alto y claro que se le conceda una segunda oportunidad. Si eso sucede o no, está por ver. Rosenman también afirma que se ha castigado a Hammer por sus preferencias sexuales, no por las pruebas que existen en su contra, y compara el juicio mediático al que se ha enfrentado por su vida privada con el que sufrieron otras estrellas de Hollywood homosexuales en la década de los 90.
Lo único que tiene claro el propio Hammer en este momento es que le resulta imposible encontrar un trabajo en la meca del cine y ha sido muy duro con sus antiguos compañeros de profesión al asegurar que no han dudado en “sacrificarle” ante el altar de la corrección políticas para cubrirse las espaldas. Pese a ello, no cambiaría lo que ha ocurrido en los últimos dos años aunque pudiera porque por fin se ha visto obligado a enfrentarse a sus propios errores y está dispuesto a pagar por ellos.
“Estoy realmente agradecido por mi vida y mi recuperación y por todo. No volvería atrás ni desharía todo lo que me ha pasado”.