A la protagonista de ‘Matrix’ le ofrecieron su primer papel de abuela en cuanto cumplió los 40

Viendo a la actriz Carrie-Anne Moss dando saltos y disparando enfundada en un mono de PVC en las películas de ‘Matrix’, la última tesitura en la que se la imaginaría nadie sería como una dulce abuelita, pero ese fue precisamente el papel que le ofrecieron en cuanto cumplió los 40, ocho años después de haberse metido por primera vez en la piel del personaje de Trinity.

“Yo ya había oído que cuando entrabas en la cuarentena todo cambiaba. No me lo creía porque nunca he estado de acuerdo con apuntarse a un sistema de pensamiento que no encaja con tus propias ideas. Pero eso fue justo lo que pasó el día después de que celebrara mi 40 cumpleaños”, ha recordado en declaraciones recogidas por The Hollywood Reporter en el evento presentación de un libro.

“Estaba leyendo un guion que me habían enviado y comentándolo con mi mánager, y ella me dijo de repente: ‘Oh, no, no, no, no, no harás la audición para ese papel. El tuyo es el de la abuela'”.

Darse cuenta de que la forma en que se la percibía en la industria del cine había cambiado de la noche a la mañana, y con ella los trabajos a los que accedería a partir de entonces, resultó “bastante brutal”, pero la intérprete -que muy pronto aparecerá en la cuarta entrega de ‘Matrix’- se niega a que afecte a la manera en que se ve a sí misma.

“Nunca te parece que hayas envejecido demasiado, y de pronto te ves en la gran pantalla”, ha reconocido. “Yo siempre había admirado a las actrices francesas y europeas, que tenían un algo que proyectaba confianza. Y me moría de ganas de ser como ellas. Es a lo que aún aspiro. No resulta fácil formar parte de este negocio, hay demasiadas presiones”.

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