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El príncipe Guillermo de Inglaterra, que presenció ayer domingo la dolorosa derrota de Inglaterra en la final de la Eurocopa ante la selección italiana en la tanda de penaltis, no ha tardado en emitir un comunicado para criticar con dureza algunas de las reacciones más indignantes que se produjeron en las redes sociales al término del partido, como los comentarios racistas y degradantes que recibieron aquellos jugadores de raza negra que fallaron los disparos decisivos que dieron la victoria final a los transalpinos.

Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fueron algunos de los futbolistas que más se destacaron, para bien, a lo largo de todo el campeonato, pero terminaron convirtiéndose en una especie de villanos para ciertos sectores de la afición inglesa, la más irrespetuosa, xenófoba y ultranacionalista, debido a esos comprensibles errores que no son ajenos a ningún partido de semejante categoría, y más aún en una final cargada de presión para el combinado de Gareth Southgate al jugar en casa y bajo las elevadísimas expectativas que se habían generado sobre ellos.

“Me enferma el abuso racista dirigido a los jugadores de Inglaterra tras el partido de anoche. Es totalmente inaceptable que los jugadores tengan que soportar estas conductas horribles. Debe terminar ya y todos los implicados han de rendir cuentas por lo ocurrido”, reza el mensaje que el duque de Cambridge, quien acudió al estadio de Wembley junto a su esposa Catalina y su primogénito Jorge, ha compartido en su perfil oficial de Twitter.

El futuro heredero al trono ha subrayado en varias ocasiones que en el fútbol moderno, y más aún en un país tan multirracial como el suyo, no tienen cabida ese tipo de actitudes vejatorias e hirientes, al tiempo que recordaba que el deporte rey debe proyectar siempre los valores más constructivos para una sociedad tolerante, inclusiva y cooperativa, sobre todo debido a la enorme influencia que ejerce entre los más pequeños.