Los príncipes Guillermo y Enrique vuelven a formar un frente unido

Mucho se ha venido especulando, sobre todo desde que el príncipe Enrique optara por alojarse con su prima Eugenia en vez de con su hermano Guillermo tras su mediático regreso a Londres, acerca del verdadero alcance de esas disputas que mantendrían desde hace meses los dos hijos de la malograda Diana de Gales, quien habría cumplido 60 años ayer jueves de no ser por ese terrible accidente de tráfico que acabó con su vida en el fatídico verano de 1997.

Lo cierto es que ayer jueves, y en el marco de ese emotivo acto de presentación de la hermosa estatua que inmortalizará el legado de Lady Di en los jardines del palacio de Kensington, el futuro heredero al trono británico y el duque de Sussex no mostraron signo alguno de esa relación tan tensa y problemática que se les atribuye desde la explosiva entrevista que el segundo concedió hace unos meses a Oprah Winfrey para sacar los colores a la institución monárquica y acusarla incluso de racismo. Guillermo y Enrique, sin abandonar en ningún momento el tono solemne del acto, se dedicaron alguna que otra sonrisa e intercambiaron discretos gestos de complicidad durante el evento.

Una vez analizados los pormenores del lenguaje no verbal de ambos, algunos analistas de la casa real han concluido que la supuesta enemistad entre Guillermo y Enrique no es tan pronunciada como podría parecer según ciertos tabloides. De hecho, Stewart Pearce, amigo personal de la princesa y ahora comentarista televisivo, está convencido de que su reencuentro de ayer ha terminado de aliviar los escasos puntos de fricción que seguían existiendo entre ellos, diferencias que en ningún caso llegaron a amenazar realmente su estrecha conexión fraternal.

“Yo no creo que hayan tenido una pelea tan grande como se ha venido diciendo, no creo que haya enemistad o rivalidad como tal. Ha habido ligeros desacuerdos, por supuesto, pero sinceramente: ¿quién no tiene diferencias con su hermano? Creo que todo sea ha sacado de quicio y se ha dramatizado en exceso. Yo les noté a ambos muy relajados y a gusto en uno con el otro”, ha opinado Pearce en conversación con el medio estadounidense Us Weekly.

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