
El mánager de Ed Sheeran cuestiona la inteligencia de la princesa Beatriz por usar una espada tras beber alcohol
La historia acerca de lo que sucedió realmente la noche en que Ed Sheeran se hizo la cicatriz que tiene en la cara ha variado a lo largo de los años. En un principio, cuando salieron a la luz las primeras fotos en las que se podía apreciar que le habían dado varios puntos en la mejilla, se especuló con la posibilidad de que se hubiese caído tras beber unas cuantas copas de más.
Sin embargo, los tabloides británicos no tardaron en averiguar que en realidad el accidente había ocurrido en el marco de una fiesta organizada por la princesa Beatriz en la residencia real Royal Lodge en Windsor. Al parecer, el cantautor James Blunt había comentado en broma que le encantaría ser nombrado caballero por la reina Isabel II y Beatriz se ofreció rápidamente a hacer los honores con una espada ornamental. El problema es que no calculó bien y, al alzarla para apoyarla sobre el hombro de Blunt, golpeó en el rostro al músico pelirrojo, que se encontraba justo detrás suyo.
Ni la familia real ni el herido confirmaron los rumores en aquel momento, pero meses más tarde James Blunt aseguró que no eran ciertos e insinuó incluso que había sido una tapadera inventada por el equipo de Sheeran para justificar una lesión que había sufrido borracho.
Esas acusaciones no le sentaron nada bien al mánager de Ed, que ahora ha afirmado que la princesa Beatriz no se puso en contacto con ellos para disculparse o preguntarles cómo estaban lidiando con la presión mediática después de que se destapara lo sucedido.
“Qué buena idea… Vamos a beber hasta ponernos como cubas y a agarrar esa espada que está en la pared para dar vueltas por la habitación”, ha apuntado con mucha sorna Stuart Camp, que también representó en su momento a James Blunt, en una entrevista al podcast ‘Straight Up’ para dejar claro su enfado. “Cuando te mueves en esos círculos, estás buscando problemas”.
Stuart también ha desvelado que ‘ciertas personas’ les aconsejaron que no hablaran del asunto en público o que se inventaran cualquier historia que no mencionara a la nieta de Isabel II.
“Nosotros no íbamos a decir nada a nadie, pero tampoco voy a mentir solo porque alguien sea un completo ****** y se le ocurriera jugar con una espada cuando todo el mundo estaba borracho. ¡Es muy peligroso!”, ha concluido.